Hoy no voy a compartir con vosotras ninguna labor, sino una iniciativa del blog Velvet cat que me ha gustado mucho. Como me he enterado hoy mismo no he podido hacerle más publicidad, pero me parece muy bonita porque es un ejercicio que hace que tengamos siempre presentes esas pequeñas o grandes cosas que nos hacen felices y que tenemos tan al alcance de la mano (o de la imaginación). La verdad es que cuando me he puesto a buscar imágenes me resultaba difícil reducir, me hubiera resultado un post kilométrico, qué curioso ¿no?... y muchas veces pasamos el día sin dedicar un minuto o un pensamiento a muchas de ellas.
Y es que al fin y al cabo la felicidad es ser capaz de hacer acopio y recuento de todo ello y disfrutarlo cuando lo tenemos. Con las prisas solo he conseguido hacer este collage que comparto con vosotros y que pegaré mañana en la fiesta de enlaces que organiza Elena en su blog, para dar a conocer algunos de mis pedacitos de felicidad y saber también cuáles son los de otras compañeras bloggeras.
Como no domino esto de Picasa, me han quedado la letra y las fotos muy pequeñajas, pero ahí va una traducción, según el orden en que están las fotos:
- La naturaleza en acción: me encanta contemplar los espectáculos naturales (siempre que no acaben en catástrofe, claro, y esté convenientemente a cubierto), y comprobar cómo la naturaleza sigue sus propias normas ignorándonos totalmente a los humanos.
- Mis dos niños, CLARO. Desde que antes de que nacieran son mi principal motivo de felicidad (y también de otros sentimientos, jejeje). Durante el día son capaces de darte queriendo y sin querer todo tipo de momentos para recordar.
- Los gatos: de cualquier tipo, estilo, color o textura. Siempre he tenido gato, en los últimos años dos a la vez, se llamaban Genio y Figura y ya están en el paraíso de los gatos.
- Las rosas, en especial las inglesas y las silvestres.
- Las meriendas, quien dice meriendas, dice desayunos, "tea time" o picoteos varios, siempre en compañía - excepto el desayuno, que es mi momento mío mío.
- Pensar en viajar a los países nórdicos: nunca olvidaré un viaje a Noruega que hicimos en 2010, y no pierdo la esperanza de ver la aurora boreal. Además ¡me encantan el estilo y la estética nórdicos¡
- Me encanta el silencio especial que reina cuando nieva, es super relajante.
- El chocolate ¡mi vicio confesable!. No pretendo rehabilitarme.
- Las telas: mirar, tocar, comprar... ¡huy, si es mi otro vicio confesable!, y se extiende colateralmente a puntillas, botones y cualquier artículo de mercería. Pero las telas ganan por goleada.
- Las cajas y el cartonnage: aparte de hacerlas, también me fascina verlas ¡las hay increíbles, maravillosas!
- Correr por la montaña: no es lo mismo que correr por el asfalto, es una de las sensaciones más estupendas que he experimentado ¡la libertad con olor a pino!
- Hacer la siesta es otra de esas sensaciones estupendas, después es como empezar un día nuevo. Y si es con sofá y mantita... pero no siempre tengo tiempo.
- Me gusta disfrutar de todo lo bueno que tiene cada estación en su momento, pero mi favorita es el otoño (aunque por aquí el otoño no resulta muy multicolor, siempre hay signos de él que se aprende a ir descubriendo). Ahora es primavera, y me hace feliz ir viendo los brotecitos de las macetas, los colores de la ropa primaveral, que los días duren un poquito más cada vez...
- Leer, desde siempre la terapia más eficaz para mí. Un día sin leer es un día raro, raro.
- Las peonías: me apasionan todas las flores (soy botánica de formación) pero nunca soy capaz de decidir si mis favoritas son las rosas o las peonías. Pensándolo bien ¿para qué decidir?
En fin, hay tantas, tantas, tantas pequeñas cosas que nos hacen felices...