Ya no recuerdo dónde ni cuándo compré esta bandeja tan mona con un cajón que tiene pinta de servir para infusiones, aunque a mí me hacía gracia independientemente de su uso. Ha tenido que pasar una pandemia mundial para que hiciera limpieza de mi "antro" de trabajo y aparecieran un sinfín de proyectos a medio cocer y otros sin siquiera plantear.
Esta bandeja ha sido uno de ellos, en línea con mi propósito de no dejar títere con cabeza he conseguido terminarla ¡y me encanta!.
En su origen era de color blanco nuclear con algo de brillo, lo primero que hice fue cambiarlo a un gris oscuro mate con uno de mis múltiples restos de chalk paint.
Lo segundo, forrar los compartimentos del cajón para darle un poco de alegría y conjuntarlos con lo que tenía pensado para la bandeja.
Luego pasó un largo tiempo hasta que he finalizado el bordado que quería poner en la bandeja, este bonito gráfico titulado "Le fraisier". Como las dimensiones no cuadraban exactamente con la superficie, le he añadido un borde de la misma tela de los cajones y algo de puntilla de algodón en rojo. La bordura del gráfico de punto de cruz no me gustaba mucho, me parece que con la tela queda más animado.
La última fase, un cristal cortado a la medida y sellado con silicona transparente. Y creo que ya le voy a dar un uso costuril en breve...
Os informo también de que el blog de Etxaurren, "Con un trocito de fieltro" celebra su 9º cumpleaños, y lo hace con este estupendo sorteo:
