Puesto que acabé un poco cansada no tenía ganas de repetir por tercera vez la misma labor, ya que la gracia de todo el proceso es el desafío y la novedad, y no la producción en serie. Entonces cogí otra tela diferente bien bonita y otra idea diferente, que no es ni más ni menos que la que me relató Lucía (mira, mamá, los estuches de mis amigas tienen tres partes y un bolsillo al centro con cremallera, etc etc). Un día, en una papelería vimos ese modelo de estuche hecho realidad, y me pareció fácil (ejem).
Realmente ha sido fácil, porque ya sé poner cremalleras con cierto desparpajo, y toda la dificultad consistía en hacer tres estuches rectangulares y fusionarlos. Ahora bien, la mitad de la labor ha tenido que ser a mano, porque de esa forma controlo mejor el desarrollo en 3D. Así no tengo que enfrentarme al proceso de girar las cosas para encontrarme después con que ¡sorpresa! ¡el revés está por fuera!... o bien ¿por qué no tengo agujero para girar este "aberroncho"?... o bien ¿por qué la cremallera está boca abajo y no se puede abrir por el exterior?... o bien hummm, todo parece correcto pero el bolsillo interior está boca abajo... y así hasta un montón de posibilidades absurdas que me han pasado y que a una costurera experta le darían risa.
Así pues, ¡tachaaan! He aquí el estuche del cual me siento sumamente orgullosa:
Por fuera he puesto unas puntillas en color verde menta, y como adornos dos botones de ante y tres hojitas de cristal. Aquí se puede ver su triple cuerpo interior.
Por dentro, solo el bolsillo central lleva cremallera. A cada lado hay unos bolsillos pequeñitos, y más hacia afuera, dos grandes estuches igual que el del centro pero sin cremallera.
Aquí, los tres abiertos,
Y luego todo se cierra con una cremallera exterior un poco más grande
Actualización: he preparado un tutorial para este estuche AQUÍ