Cuando no existían las bolsas, muchas de las cosas grandes que debían salir de casa, y especialmente ropa que iba o venía de la tintorería, iban envueltas en el pañuelo fardero o farcell, que yo siempre he visto en la habitación de mis padres. Era un trozo de tela enorme que se usaba para esos y otros menesteres, y que tenía ese mismo estampado: uno de cuadros que siempre me ha gustado porque era de vichy (que me encanta) y por la combinación de colores, en negro y salmón más o menos anaranjado, con un ribete distinto por todo el contorno.
Así que cuando vi tela de este tipo en una feria Creativa, la compré sin saber qué podría hacer con ella. Este verano me ha dado el punto de intentar (otra vez) coserme alguna prenda de vestir, y pensé que quedaría bonito algo con esta tela. Como el retal era demasiado pequeño para otra cosa, únicamente podía salirme un top sin mangas, tal que este:
El proceso de sacar el patrón me mató un poco la satisfacción de la costura, pero hay que decir que la "creación" fue razonablemente fácil y me queda bien.
Coser ropa es buena idea, pero creo que tendré que practicar más para cogerle el gustillo, porque de momento no me resulta muy relajante como hobby... donde estén un buen bordado o el patchwork...