Las limpiezas post verano sacan a la luz cosas como las patas de lo que fue un revistero plegable, y que esperaban pacientemente una nueva vida.
Así, con ideas tomadas de varios sitios de la web y adaptándolas a las medidas de las patas, he conseguido hacerme esta cesta más o menos cuadrada para tener las labores cerca del sofá. La ocasión pedía otoño pero darle demasiadas vueltas a un proyecto hace que nunca se termine, así que con los materiales disponibles he llevado a la práctica la sentencia "más vale hecho que perfecto". Un trabajo inacabado menos... ¡qué satisfacción!