¡Hola a todas! Hace muchas semanas que no aparecía por aquí, pero en casa parece estar todo aceptablemente en orden y la vuelta al cole ya está más que superada, así que estoy dispuesta a seguir con mis labores, mis publicaciones y mis visitas a vuestros blogs, que he tenido un poco abandonadas.
Os voy a ir enseñando las cosas que he hecho durante este verano, aunque son menos de las que yo hubiera querido. Empezaré por este regalo que combina cartonnage y costura, para la hija de mi amiga Esther. Balma siempre ha sido una niña con un gran amor por la justicia. Ya de más pequeña (puesto que todavía no es mayor) solía escribir cartas a todo aquel personaje que considerara que merecía un toque de atención, por más famoso o ilustre que fuera: así, en su día le manifestó al propio Rey su opinión sobre el hecho de que cazara un elefante en África, y a la infanta Leonor su deseo de jugar con ella algún día. También conversaba sobre el papel con gran soltura con los Reyes Magos, Papá Noel o cualquier otro personaje ficticio, como si fuera real, y se dirigía a cualquiera de ellos con total confianza, como si se conocieran de toda la vida.
Como su madre veía que ciertas misivas tenían un destino un tanto complicado, inventó un colibrí que llevaba sus cartas y en ocasiones traía respuestas, que siempre satisfacían a Balma. El colibrí era el mensajero que podía llevar los escritos de Balma allá donde ella imaginara, incluso a ese mundo de fantasía que solo pertenece a los niños.
Aunque el colibrí hace ya algún tiempo que no trabaja, he decidido regalarle a Balma esta caja para su correspondencia, que le recuerde siempre esa voluntad de restablecer el orden alterado, siempre con el arma más eficaz y más pacífica: la escritura. La caja tiene forma de libro y contiene dos bolígrafos, sobres en dos tonos de azul y dos cuadernos.
La he forrado con lino rústico grueso por fuera y con tela de encuadernar por dentro. El colibrí está bordado sobre lino natural con hilo mouliné de algodón, y el resto de aplicaciones están hechas con tela de algodón para patchwork.
En uno de los cuadernos he aplicado su inicial en tela adhesiva.
Al segundo le he puesto una funda con un motivo parecido al de la tapa de la caja. Lamentablemente no recuerdo de dónde saqué los gráficos de los colibrís, que formaban conjunto con otros dos.
Y como su orden de colores favoritos no está todavía muy claro, he puesto los dos: azul y fucsia.
¡Que la disfrutes, Balma!