"Alicia empezaba a estar harta de seguir tanto rato sentada en la orilla, junto a su hermana, sin hacer nada, una o dos veces se había asomado al libro que su hermana estaba leyendo, pero no tenía ilustraciones ni diálogos, “¿y de qué sirve un libro —pensó Alicia— si no tiene ilustraciones ni diálogos?”. Así que estaba considerando (como mejor podía, pues el intenso calor la hacía sentirse muy torpe y adormilada) si la delicia de tejer una guirnalda de margaritas la compensaría de la molestia de incorporarse y recoger las flores, cuando de pronto un Conejo Blanco de ojos rosados pasó velozmente a su lado.
Allí se metió Alicia al instante, tras él, sin pensar ni por un solo momento cómo se las ingeniaría para volver a salir."
Así empieza esta fascinante historia, que es para niños y como tal debe leerse, pero que al mismo tiempo ofrece una visión crítica de la sociedad victoriana sumamente atractiva a los ojos de un adulto. Este artículo aclara en buena medida las claves de su lectura.
Es un relato loco, ingenioso y fantástico que carece de la moraleja que debían tener los libros infantiles victorianos y que te pone en antecedentes sobre lo que será ser adulto: como explica el artículo anterior, "la obsesión de personajes como la Oruga, el Sombrerero o el gato de Cheshire por obligar a Alicia a que se comporte de forma racional cuando todos ellos están como regaderas". Bueno, la cuestión es que a mí me encanta la historia, su contexto social, y mucho más la estética que la acompaña, comenzando por sus primeras ilustraciones, que realizó sir John Tenniel.
Este año, la agenda de Lucía ha sido la beneficiada de mi modesto homenaje a Alicia, que se ve envuelta en su sueño-pesadilla y viaja por él llena de curiosidad y una lógica aplastante:
No me pude resistir a esta magnífica tela de algodón japonesa de Cosmo comprada ya el año pasado, así como los linos de lunares del interior y estas aplicaciones de My fabric house que he utilizado en la agenda y en un marcador de páginas. Están combinados con lino natural y una puntilla en color crudo.
Esta tetera y taza aplicadas las hice yo misma a partir de un dibujo sacado de la web, y he bordado a punto de tallo las iniciales de mi hija como formando el vaporcillo de la taza:
¡Quién pudiera volver a asistir al nacimiento de una historia tan redonda, que compaginara de manera tan magistral el mundo infantil y el mundo adulto, en un entorno donde estamos rodeados de miles de estímulos y todo pasa rápido y superficial ante nuestros ojos y nuestras mentes!
Modesto homenaje?? Tú sí que eres modesta... menuda preciosidad!! La tela es encantadora, qué bonitos quedan los tonos azules con el lino y la puntilla! Un trabajo adorable e impecable Sonia, como siempre!
ResponderEliminarUn besito guapa!
¡Millones de gracias, Cristina!
EliminarQue preciosa funda, me gusta mucho cada uno de sus detalles y la tela es preciosa, todo un capricho.
ResponderEliminarUn beso
Un trabajo muy bonito. La agenda te ha quedado preciosa. Saludos
ResponderEliminarGracias a todas por vuestros amables comentarios.
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