Mi compañera Encarna podría clasificarse de dos maneras: una amiga supercosturera, que hace cosas preciosas cosiendo y bordando y además le encanta compartirlas; o una superamiga costurera, que además de hacer cosas preciosas es buena, generosa, amable, conciliadora, alegre y muchas cosas más, todas positivas.
Como quisiera corresponder de la mejor manera posible a todo eso que ella me ofrece todos los días, le he hecho este pequeño costurero victoriano de su color favorito, y con la tapa bordada en lino con su inicial. Estas curiosas cajas me hacen mucha gracia. Sus cuatro lados solo están unidos por la parte del fondo de la caja, el resto está suelto y se abre al retirar la tapa, haciendo el contenido más accesible. En cada uno de los lados hay espacio para una cosa, y ahí es donde entra a jugar la creatividad de cada una. Además suele haber un segundo "nivel", que es como otra caja en el interior de la primera, que también se abre de la misma forma, y en cuyos laterales todavía caben más objetos.
El interior de la caja que he hecho es de algodón rojo y de lino gris a topos, complementado con cinta adquirida en Tiger y con distintos accesorios de costura que se me han ido ocurriendo: una cinta métrica, alfileres con cabeza de perla, un trozo de puntilla en color rojo, un imán para las agujas de Kelmscott Design, una tijera roja con aire retro...
Un bolsillito, unas anillas para los hilos de bordar, un fieltro para las agujas de coser, un pequeño alfiletero, y un fob muy pequeñito para las tijeras, que lleva un botón de nácar por un lado y un bordadito por el otro. ¡No me digáis que no caben accesorios!
Para hacerla he seguido las instrucciones básicas de este
tutorial, si bien las he modificado un poco a mi gusto.
¡Muchas gracias, Encarna, por ser como eres!