Durante años he ido a la playa con este capazo por donde la arena entraba y salía a su gusto. Tiene un ribete y asas de piel color violeta y caben muchas cosas, pero siempre tenía pendiente añadirle algo para evitar el problemilla de la arena. Hasta que la limpieza "cuarentenil" sacó a la luz una tela impermeable que tenía desde hace años (con estampado de libélulas como no podía ser de otra forma), y que he utilizado para forrar el capazo y convertirlo en un accesorio más práctico y sobre todo más limpio. No es de esas labores con las que disfrutas, pero durante el confinamiento ha habido tanto tiempo para la creatividad como para las reparaciones necesarias. De no haber sido por esto nunca hubiera llegado a las reparaciones fósiles, porque cuando tenía tiempo dentro de una semana de la "antigua normalidad" lo que me apetecía era desconectar y no luchar con un capazo super duro o cambiar el biés de un mantel roto. Pero aquí está para mi mayor satisfacción:
Con una etiqueta decorativa y un pequeño neceser a juego.
Y cierre con cremallera.
¡Feliz verano a tod@s!
Te ha quedado muy chulo, disfruta. Besos.
ResponderEliminarUn resultado estupendo, el capazo es muy bonito y en mi opinión ha merecido la pena el trabajo y tienes mucha razón con el tiempo del confinamiento que nos ha venido muy bien para sacar adelante un montón de cosas.
ResponderEliminarDisfrútalo y BESICOS.
Que contenta estás con este nuevo cambio!!
ResponderEliminarAsí lo lucirás más a gusto, sin que la impertinente arena te manche lo que llevas dentro.
Besos.
Te ha quedado muy bonito, las telas son monisimas. Besoss
ResponderEliminarTe ha quedado ideal, muy bien terminado. Un beso
ResponderEliminarPues te ha quedado genial, Sonia, la tela es una monada y con el neceser a juego ya tienes el juego completo. Disfruta muchísimo de la playa en este verano, yo lo haré cuando vuelva el frío ;)
ResponderEliminar¡Besotes!