El año pasado hice estas dos con las telas que les gustaron a mis hijos.
Para señalar las páginas, una cinta a tono con un charm también de su elección.
Le siguió esta funda para un simpático diario que compartía mi hija con dos de sus amigas (disculpad su aspecto pachucho, pero para la foto no se me ocurrió meter una libreta dentro para darle consistencia). La libreta viajaba tanto que en cuestión de unos pocos meses quedó totalmente andrajosa, por lo que hubo que hacerle un vestido que estuviera a la altura. Ojalá pudiera enseñaros su encantador interior, del que me han dejado mirar algunas hojas seleccionadas, pero... es ultrasecreto.
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